Alemania advierte del riesgo de un ciberataque contra infraestructuras críticas
- Seguridad
Alemania es objetivo de los ciberataques de otros gobiernos como Turquía, Rusia, Irán o China. Así lo asegura un estudio del gobierno alemán que advierte del riesgo existente de que se produzca un ciberataque contra infraestructuras críticas.
Los ciberataques preocupan a Alemania. Ésta es una de las principales conclusiones de un estudio de la agencia de inteligencia germana BfV, que recoge Reuters, en el que se destaca que el espionaje industrial cuesta a las compañías alemanas, sobre todo pequeñas y medianas, miles de millones de euros.
Aunque el estudio asegura que Alemania es objetivo de amenazas de seguridad provenientes tanto de la militancia islamista como de la extrema derecha, destaca el incremento del ciberespionaje. En este sentido, afirma que en 2016 se produjo un “notable incremento” de espionaje proveniente de la agencia de inteligencia MIT de Turquía, tras el intento de golpe de estado contra el Gobierno turco en julio, así como ha acusado a Rusia de tratar de influir en las elecciones parlamentarias alemanas previstas para el próximo 24 de septiembre.
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“Las consecuencias para nuestro país van desde el debilitamiento de nuestra posición de negociación, altos costes materiales y daños económicos hasta el deterioro de la soberanía nacional”, destaca el estudio.
Entre los objetivos de las actividades de ciberespionaje se encuentran el Ministerio de Asuntos Exteriores, sus embajadas y consulados, los ministerios de Economía y Finanzas, la Cancillería y el ejército.
Thomas de Maiziere, ministro del Interior, ha asegurado que el Gobierno trabaja de manera muy cercana con la industria para lograr una mayor protección de las compañías alemanas. Las más vulnerables son las pertenecientes a sectores como el armamentístico, el espacial y aeroespacial, la industria del automóvil y los institutos de investigación.
El estudio recuerda que los ciberataques no sólo pueden provocar pérdidas de información, sino que, a través del uso de malware, se puede manipular datos y sabotear equipos, especialmente de infraestructuras críticas, recordando que el malware Sandworm, vinculado con Rusia, atacó páginas Web gubernamentales, a la OTAN y a compañías de sectores clave como son las utilities o las telecomunicaciones.
Rusia, China e Irán son, según el informe, los principales países que ciberespiaron a Alemania, aunque por diferentes motivos. En el caso de Rusia, el estudio destaca el interés de Moscú por eliminar las sanciones económicas que la Unión Europea impuso al Gobierno de Putin por las acciones de éste en Ucrania. Asimismo, nombra las acciones contra objetivos políticos alemanes del grupo de hackers APT 28, también conocido como Fancy Bear, el cual se cree que estaba controlado por Rusia. El estudio asegura que Rusia utiliza trolls para influir en la opinión pública con mensajes por-rusos. “Creemos que las agencias estatales rusas están tratando de influir en los partidos, los políticos y la opinión pública de Alemania, con especial atención en las elecciones presidenciales de 2017”.
Los ciberataques de Irán se centran, principalmente, en objetivos israelíes o pro-judios y en opositores políticos a los líderes religiosos de Teherán. Aunque el informe asegura que han disminuido los intentos de Irán por comprar artículos que se puedan utilizar en su programa nuclear, asegura que los esfuerzos de éste en el desarrollo de misiles no han descendido.
El espionaje proveniente de China se ha incrementado desde la llegada del presidente Xi Jinping en 2013. Éste se centra en eventos políticos, como la celebración del G20 en Hamburgo, en tecnología y en los críticos con el gobierno de Pekín. La Inteligencia china utiliza redes sociales como LinkedIn o Facebook ara intentar reclutar “informantes occidentales” y asegura que los “estrechos lazos” entre el Gobierno y la industria hace que distinguir el ciberespionaje sea una tarea compleja.
Turquía centra sus esfuerzos en los partidarios alemanes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y en el clérigo estadounidense Fethullah Gulen, a quien Turquía culpa de estar detrás del fallido golpe de Estado.